lunes, 31 de mayo de 2010

HISTORIAS PARA NO DORMIR... A.M. y yo vamos a ver un piso.

Hace un par de años mi amiga A.M. había quedado con la vendedora de una inmobiliaria para ver un piso.


No quería ir sola y me preguntó si podría acompañarla. Por una amiga se hace eso y mucho más así que, por supuesto, le dije que iría con ella.

El piso en venta estaba muy cerca de su casa así que fuimos andando por la acera, cruzamos un semáforo y esperamos delante del portal donde, supuestamente, habíamos quedado con la chica de la inmobiliaria...

Después de cinco minutos en silencio, mirando el reloj, empezamos a sospechar que la persona que iba a enseñarnos el piso era la mujer más parecida a Krusty el payaso que habíamos visto nunca,



que esperaba a 2 pasos de nosotras, con una agenda repleta de papeles. Confieso que yo empecé a asustarme...

Después de subir no sé cuántas escaleras (a pesar de pedir una millonada por el piso, no tenía ascensor) llegamos con la lengua fuera


a la puerta de la casa, y al llamar al timbre salió a recibirnos... un tío con un traje verde de cirujano!



Cuando A.M. y yo ya estábamos pensando en salir corriendo escaleras abajo, Krusty nos dijo que era el actual inquilino del inmueble (que estaba alquilado, mientras los dueños conseguían venderlo) y Dr. Jano Cirujano nos aclaró que daba masajes y que no podría acompañarnos en nuestro periplo hogareño porque tenía a un cliente tumbado en la camilla.

De ahí que toda la casa oliese a Vicks Vaporub en una potencia tan mareante como para tumbar a un caballo.



Nos despedimos del buen hombre, que se metió a todo correr en un cuartucho y en aquel mismo momento empezó nuestra visita a la casa del terror...



Nada era como lo describía el anuncio: desde que los dueños la compraron (seguramente en el año 70, no me atrevo a decir de qué siglo) no habían hecho la más mínima reforma así que todo estaba tal y como lo dejaron los obreros cuando terminaron la obra... nosotras, por si acaso, andábamos por el medio del pasillo para no rozar las paredes (por arrimarse a sitios menos insalubres algunas personas han cogido la triquinosis...).

Krusty nos iba narrando lo maravillosa que era cada una de las habitaciones y cuando no nos miraba, nosotras nos hacíamos gestos como éste la una a la otra!



Al final de aquella interminable visita Krusty, que debía estar aquejada de algún tipo de mal de la vista, tipo cataratas del Niágara,


le preguntó a mi amiga qué opinión le merecía aquella mansión de 5 estrellas y ella, prudentemente, le respondió:

A.M: bueno... a lo mejor necesita algo de reforma, no?
Krusty: reforma? Pero si está para entrar a vivir. No sé, si eres muy muy escrupulosa podrías reformar los baños y alguna cosilla más. En todo caso muy poca cosa... con 12.000 euros la dejas como nueva. Y tú, qué opinas?

Yo, que había estado callada como una putilla todo el tiempo que habíamos estado allí, pensaba tener la boca cerrada hasta que A.M. y yo estuviésemos en la calle las dos solas pero Krusty cometió el peor error de su carrera inmobiliaria al dejarse engañar por mi cara de mosquita muerta... y a mí me estaba poniendo de tan mal humor que nos tratase como si fuésemos imbéciles que pensé que no merecía la pena reprimirse:

CaféOlé: yo metería aquí una excavadora y lo tiraría todo abajo. Esto está que da asco.


A.M. tuvo que clavarse las uñas en la palma de la mano para no soltar una carcajada pero Krusty, la muy temeraria, siguió a lo suyo.

Krusty: tú crees? No está tan mal. A lo mejor sí que necesita una pequeñísima reforma...
CaféOlé: pequeña reforma? Necesita una reforma integral y 12.000€ no dan ni para pipas... Y, otra cosa, no nos digas que esta cueva está para entrar a vivir: tenemos ojos en la cara y ni ella ni yo viviríamos en semejante agujero, ni aunque nos apuntasen con una pistola a la cabeza.

Eso sí, le dije estas 4 verdades con una impecable sonrisa mientras A.M. y la propia Krusty me miraban como si hubiesen visto un OVNI.


Después, nos despedimos educadamente y A.M. y yo volvimos andando a su casa, donde nos esperaba su marido... durante horas no pudimos dejar de reir mientras recordábamos los mejores momentos de la visita guiada, ji, ji, ji.

Os sentís identificados? Habéis sido víctimas de algún anuncio fraudulento o de vendedores de inmobiliarias que intentan tomaros el pelo?

viernes, 28 de mayo de 2010

UN PATO VERDE

Una de las cosas que más me gusta cuando voy a hacer la compra al hipermercado es pasearme arriba y abajo por los pasillos de los productos de limpieza, jabones para la lavadora y suavizantes.



Lo toqueteo todo: si veo un producto que aún no he probado miro el bote, lo remiro, leo la etiqueta, valoro si el precio merece la pena y, la prueba de fuego...



le quitó el tapón y compruebo que me gusta como huele. Soy muy especial para los olores así que sólo se vendrá conmigo a casa si huele bien.

Por eso me gusta más el Pato verde que el Pato azul.



Porque me parece que huele mejor.

Recientemente, en uno de mis paseos por los lineales de productos de limpieza, me emperré en llevarme el último envase de Pato verde que había en todo el hipermercado.


Alargué el brazo para coger el envase pero la balda estaba tan alta que por mucho que me estiré no me llegaba la mano.




Casualmente, pasaron por mi lado varias personas (de sexo masculino, para más señas) más altas que una torre


y, aunque se me quedaron mirando como las vacas al tren, no fueron capaces de bajarme el dichoso envase del Pato verde! Supongo que para eso, tendría que habérselo pedido, ji, ji, ji, pero no soy una damisela en apuros



y el Pato debía ser mío antes de que llegase alguna persona alta y me lo robase en mis narices! Así que, eché mano de mis recursos: a trepar! Intenté encaramarme a la balda


pero la estructura no parecía muy consistente y sólo me hubiese hecho falta que se me cayesen todas las baldas encima y que los titulares del periódico del día siguiente hubiesen sido: mujer muere aplastada por el desprendimiento de las baldas de un supermercado al intentar trepar para alcanzar el último Pato verde.

Siguiente idea: lanzarle otro objeto para que cayese. Correteé entre los pasillos buscando una lata de betún para tirársela a mi Pato verde. Seguramente, con un golpecito de nada caería...


Hijos míos, de maña nada! Le aticé pero, en lugar de caerse hacia abajo, se quedó tumbado en la balda! Ahora sí que lo iba a tener crudo...

Después de estar 5 minutos parada, pensando en una nueva estrategia, dí con la solución! Cogí una escoba y pesqué mi Pato verde con el palo!



Nunca un producto de limpieza me había hecho tan feliz! (me doy cuenta de que soy de muy fácil conformar...)

La cosa es que hasta comprar en el hipermercado puede ser una aventura para mí... y para vosotros?



jueves, 27 de mayo de 2010

AROMAS PECULIARES

Una amiga me contaba hace unos meses la siguiente historia:

Comparte despacho con un compañero. Son como el agua y el vino: ella no sale de casa sin pintarse el ojo;


él es capaz de presentarse en una reunión importante con un calcetín de cada color, el pelo revuelto y una camisa rescatada del cesto de la ropa sucia...


Una mañana Linus (llamémoslo así) llegó a la oficina con las pintas innobles de todos los días pero con un plus añadido: iba dejando un rastro de aroma difícil de identificar...

Antes de que mi amiga pudiese descubrir a qué olía, alguien entró en el despacho y tras olfatear el aire


exclamó: aquí huele a ambientador!

Linus rápidamente se dió por aludido y en cuanto mi amiga y él estuvieron solos le dijo:

Linus: a mí no me mires. Yo no soy el que huele a ambientador que hoy me he echado colonia.

Dios mío! Qué reveladora es esa última frase, sobre todo la palabra hoy...

Linus: además, esta colonia es de Hugo.


Para que pudiese dar fé de esta afirmación, Linus alargó su muñeca hasta la nariz de mi amiga.

No aspirar el perfume hubiese sido una grosería así que esta amiga mía se armó de valor y snif, snif, snif...



Conclusión: olía a ambientador de manzana, sin ninguna duda!!!

Después de pensarlo, hemos llegado a tres posibles explicaciones: 1) Hugo Boss está colaborando con Ambipur y utilizan a Linus como conejillo de indias 2) cuando dijo que su colonia era de Hugo, no se refería a Hugo Boss, sino a Hugo Chof o similar 3) se aplicó, directamente, algún producto de limpieza, pensando que nadie notaría la diferencia. 


Lo que está bastante claro es que este hombre tiene el sentido del olfato total y absolutamente atrofiado.

La anécdota: en un viaje a Tenerife, la media naranja se compró dos fragancias de Kenzo (una porque me gustaba a mí y la otra porque le gustaba a él). Desde el primer momento, pensé que su favorita olía a insecticida, ji, ji, pero he tardado 6 años en confesárselo...

miércoles, 26 de mayo de 2010

VIENDO LA PAJA EN EL OJO AJENO...

Creo que con los años voy desarrollando la capacidad de enterarme sólo de lo que me interesa y, teniendo en cuenta que mi interés es de efectos retardados, casi siempre me entero de todo como mil años más tarde que el resto del mundo mundial.


Así que, Café empanadilla Olé, ha vuelto al ataque esta semana...


Estaba en casa trasteando en internet y se me ocurrió buscar en Google la fecha de nacimiento de Cristiano Ronaldo.


Total, para deprimirme: este buen hombre tiene 23 años y está montado en el dólar porque es un crac jugando al fútbol. Yo tengo 34, mi único talento consiste en ser la más rapidilla a este lado del Ebro en sacar la VISA y por eso nadie paga millones...

Sin querer hice un descubrimiento muy jugoso... y en eso, llegó la media naranja, así que compartí mi hallazgo con él.

CaféOlé: acabo de enterarme de una cosa sobre Cristiano Ronaldo!
Media naranja: en serio? Cuéntame...
CaféOlé: Cristiano Ronaldo es un nombre compuesto! 
Media naranja: has estado bebiendo?
CaféOlé: tú sabías que Ronaldo no era su apellido?
Media naranja: ¡! (suspiros)


La media naranja puso los ojos en blanco como diciendo: ésta no se entera de nada...

Y ahora llega la parte en la que se cumple esa frase lapidaria: ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio.

Mientras yo seguía feliz pensando en que Ronaldo no es el apellido de Cristiano, la media naranja estaba intentando grapar 2 folios con una grapadora de propaganda que no vale para nada.


Después de varios intentos infructuosos, se empezó a desesperar y soltó un grito de guerra...

Media naranja: I don´t cry. I don´t cry!

Yo me estaba imaginando que el tema iba a traer tela así que ya tenía una sonrisa de oreja a oreja...



CaféOlé: qué pasa?
Media naranja: que esta grapadora no grapa. I don´t cry!
CaféOlé: y por qué dices "I don´t cry" tantas veces?
Media naranja: porque I don´t cry!!!!
CaféOlé: vale, vale... voy a replantear la pregunta: qué significa para tí "I don´t cry"?
Media naranja: hija de mi vida, está claro: "I don´t cry" es "no me lo puedo creer" en inglés!

No puedo parar de reir!!!!


Mi conocimiento del inglés es bastante limitado pero el I don´t cry de la media naranja aún me hace llorar de la risa!

Y, aunque al principio se enfurruñó un poco porque me hacía gracia su inglés macarrónico, en unos minutos terminamos riéndonos juntos como dos tontos, ji, ji, ji.

El caso es que luego, cuando estamos de viaje, no sé cómo pero se acaba haciendo entender muy bien (o, al menos, eso cree él)... pero eso, lo dejo para otro post.

martes, 25 de mayo de 2010

CÓMO ECHARSE 20 AÑOS ENCIMA, EN UN MOMENTO.

Como en todo festival que se precie, la alfombra roja de Cannes (y todas las fiestas, fiestukis y celebraciones varias) nos han dejado muchos momentos geniales para comentar.

Hoy sólo quiero reseñar dos de los estilismos de Camilla Belle que me han llamado la atención. Ahí van:

Mirad qué mona está ella en la fiesta de Vanity Fair/Gucci, luciendo un modelito plateado y maravillosísimo de Gucci, como debe ser!

No creo que muchas jovencitas de 23 años tengan presupuesto para echarse encima un vestido como éste pero, desde mi punto de vista, está genial. Le va como anillo al dedo, no creéis?


Se puede estar más guapa? Yo creo que no.

Ahora veamos un momento alfombra roja de Camilla Belle:


Camilla aparece en la red carpet en la premiere de Il Gattopardo, vistiendo un Gucci Première en azul noche (o, como dicen en mi pueblo, en azul marino de toda la vida).

Oh-Dios-mío! Ya sé que soy una maniática pero el momento pelos se merece una entrada aparte... y por qué se han puesto de moda esas rajas en los vestidos?
  
Entre estas imágenes no han pasado más que unas horas aunque, sinceramente, para mí es como si hubiesen pasado 20 años...

Creéis que este segundo modelito favorece a una chica tan joven?

Esto me devuelve a mi adolescencia, cuando teníamos 16 años pero queríamos aparentar más edad porque éramos unas crías.


Salíamos de casa a las 5 de la tarde y teníamos que volver a las 22:30 (y eso después de unas arduas negociaciones, claro).

Nada más pisar la calle llegaba el momento chapa y pintura: todas compartíamos la misma barra de labios,



No, no era ésta, ya nos hubiera gustado...

color rojo pilingui, también conocido como color rojo chorizo,



que comprábamos en el Todo a Cien (porque estábamos más tiesas que la pata de un santo) y que seguramente se fabricaba con algún tipo de deshecho radiactivo

ya que una vez puesto no había quien se quitase ese color horroroso de la boca, ni rascando con un estropajo!

Sí, mami, cuando me preguntabas si me había pintado las labios y te contestaba que no, te estaba mintiendo vilmente pero sé que no me tendrás en cuenta esta mentirijilla...



Ya no tengo ni 16, ni 23 ni cumpliré 30 otra vez... (así dicho suena fatal!) y, por eso, me pasa lo contrario que a Camilla Belle: el caso es quitarse años, aunque haya que volver a ponerse coletas!!!

Candy Candy! Hay que ver cómo lloré con esta serie... ahora seguro que me daría hasta la risa!

Alguno más es miembro del club aparento 5 minutos menos de la edad que realmente tengo?



lunes, 24 de mayo de 2010

UN EXPERIMIENTO PSICOLÓGICO

En mi departamento hay dos compañeros que llevan trabajando juntos, al menos, 25 años. Son como Pin y Pon:

a veces discuten como si fuesen un matrimonio mal avenido pero, en el fondo, no pueden estar el uno sin la otra, y viceversa.

Su Unidad está situada en el medio del pasillo;


Ya me gustaría a mí que nuestro pasillo se pareciese a éste...

justo enfrente tienen un mostrador abierto donde atienden a la gente. Es imposible que alguien cruce el pasillo sin que ellos lo sepan, ji, ji.

Los viernes son unos días especiales en el trabajo, verdad?


El fin de semana está a la vuelta de la esquina, casi puede tocarse con la mano pero, al mismo tiempo, aún queda todo el día por delante hasta la hora de la salida...

Supongo que el viernes pasado, a la vista de que tenían mucho trabajo y casi no pudieron levantarse de su sitio, nuestros Pin y Pon particulares decidieron poner en práctica lo que ellos denominaron un experimento psicológico...




para hacer su jornada laboral (y, de paso, la mía) mucho más entretenida y llevadera!

Para ello, imprimieron un billete falso de 200 euros,



y lo dejaron aplastado y hecho una bola tirado en un rincón que ambos podían controlar visualmente sin tenerse que levantar de sus sillas.

El experimento consistía en averiguar cuántos compañeros se meterían el billete al bolsillo, a la chita callando...


En uno de los paseos que hay que darse desde mi despacho hasta el de mi jefa ví el billete apachujado en medio del pasillo... ya desde lo lejos se veía claramente que era falso! Con ese color amarillo limón que quemaba la retina


y el brillo del papel, que era como para ponerse las gafas de sol...



además, estaba demasiado a la vista para que Pin y Pon no lo hubiesen visto y lo hubieran cogido ellos... muy sospechoso.

Como estaba cerca de una papelera


se me ocurrió que alguien había estado jugando a encestar y no había atinado con la falsificación así que me agaché para recogerlo y tirarlo dentro y... estos dos pájaros enseguida me dieron el alto para decirme que dejase de enredar porque les estaba arruinando su experimento que, para entonces, ya había tenido una víctima!

Llorando de la risa me contaron que alguien (no diremos nombres...) como que no quiere la cosa y haciéndose el tonto,



avistó el billete desde la distancia y, al pasar por su lado, realizó una maniobra veloz y precisa


para, sin levantar la más mínima sospecha, guardarse el billete rápidamente sin que nadie se diese cuenta (así no tendría que repartir el premio, claro).

Luego, al comprobar su botín, se dió cuenta de que el billete era un timo y, discretamente, lo dejó abandonado en algún lugar de la oficina de donde nuestros amigos lo rescataron.

Y, por supuesto, lo volvieron a tirar en el mismo sitio para ver quién más picaba...



Al final del día me dí cuenta de que el dichoso billete ya no estaba en su lugar habitual (qué raro!) así que pregunté a mis dos compis qué habían hecho con él.

Mis queridos Pin y Pon me respondieron, con los ojos como platos:


Pin: lo ha cogido el Jefe (con J mayúscula)...
CaféOlé: ya, ya, y voy yo y me lo creo. Siempre me tomáis el pelo a base de bien.
Pon: que no, tía! Qué esta vez va en serio!!! Que se ha agachado a toda pastilla y se lo ha metido en el bolsillo...
CaféOlé: qué fuerte! No me puedo creer que no se haya dado cuenta de que era falso!
Pon: y te puedes creer que se lo haya metido al bolsillo sin comentar que se ha encontrado un billete de 200€ tirado en el suelo de la oficina por si es de alguno de nosotros que lo hemos perdido???


Cómo se puede ser tan rata???? Menudo ejemplo...

Pin, Pon y yo nos miramos un segundo y después nos reimos a carcajadas. Menudo chasco se va a llevar cuando se de cuenta de que es de pega, ji, ji, ji.

Se termina el día y, aunque ha habido un momento en el que he estado a punto de tirarme de los pelos, el experimento psicológico de mis compañeros me ha alegrado la jornada así que ficho de salida y me voy a casa para empezar mi fin de semana en estado de ánimo: pajarito alegre.


Foto (águila): www.fondosypantallas.com