Por fin llegó el viernes y, con él, la Noche de los Hoteles.
En realidad, viernes 27 de agosto pero tampoco nos hubiésemos rajado si hubiera sido viernes 13.
En esencia, la Noche de los Hoteles fue una tradición implantada por los amigos del marido de una de las componentes del Club Washington.
Fue imitada por ella y sus amigas, ahora esperamos que pase a formar parte de las costumbres de nuestro Club en la Semana Grande bilbaína.
Por una vez en la vida no sólo acudí puntual a la cita con mis amigas sino que llegué antes de la hora!
Salgo poquísimo pero esto del Club Washington me está dando vida! Y eso que soy poco menos que una seta mágica... sin duda, la menos animada de mis amigas.
La única anécdota remarcable de la noche sucedió cuando nos estábamos tomando algo en el hall del Hotel Carlton.
Lo habían decorado casi como si fuese una plaza de toros con burladeros alrededor de la barra
en los que apoyar las bebidas.
Alguien comentaba que fulanita de tal tenía personal shopper mientras las demás reflexionábamos, en silencio, qué le pediríamos nosotras a una personal shopper si la tuviésemos a mano.
No sé sabe de dónde salió un camarero que, diligentemente, recogió algunos vasos vacíos y, de paso, metió los dedos en la copa de mi amiga Ar.
Cuando el buen hombre se dió cuenta de que aquella bebida aún tenía dueño...
Ar: esa copa es mía.
Camarero 1: no me había dado cuenta...
Ar: no pasa nada.
Camarero 1: mujer, he metido los dedos dentro así que casi mejor que te la cambien.
Ar: ya, ya... y qué? Me planto en la barra y le digo al tío que me la cambie, no?
Camarero 1: sí, dile que te dé otra copa de lo que estés tomando.
Ar: así, sin más? En serio crees que me va a hacer caso?
Camarero 1: que sí. Tú dile que vas de parte de Camarero 1.
Ar llega a la barra...
Ar: hola. Dice Camarero 1 que me des otra copa de vino blanco.
Camarero 2: eres amiga de Camarero 1?
Ar: hombre, amiga, lo que es amiga, no: ha metido los dedos en mi bebida.
En esta historia nos surgen varias dudas y una sola certeza.
Duda 1: realmente Camarero 1 metió los dedos en la bebida sin querer o es que ya no sabía cómo llamar la atención de Ar?
Duda 2: si Ar le hubiese dicho a Camarero 2 que Camarero 1 era su amigo del alma, hubiésemos bebido gratis toda la noche?
La certeza: tan cierto como que las manzanas caen del árbol hacia el suelo. Y si no, que se lo pregunten a Newton!
Certeza: el Club Washington no tiene personal shopper; tiene personal waiter!!!
Reiros pero, en los tiempos que corren, echarse un camarero personal no es moco de pavo!
Después de aquello nos fuimos al Hotel Ercilla
a comer un plato de jamón recién cortado!
Vamos, lo mismo que éstas sólo que cambiando las manzanas por jamón ibérico.
Y no pudimos ir a la terraza de la Alhóndiga
La nueva Alhóndiga, remodelada por Phillipe Starck.
porque después de una semana de cielos azules y 4.000 grados a la sombra, el viernes fue el único día que llovió en Bilbao!
Fue una pena que me tuviese que marchar cuando la noche casi acababa de empezar pero el sábado tenía que coger un avión a las 8 de la mañana así que a eso de la 1:30h me despedí y me marché a casa.
Cuando llegué, sobre las 2 de la mañana, y ví una luz encendida en el salón
no me lo podía creer: la media naranja aún no se había acostado! Todos pensaréis que me estaba esperando despierto... todos, menos yo que le conozco muy bien: estaba viendo un partido de pádel en el ordenador!!!
Ya me extrañaba a mí tanta preocupación...
Y se había comprometido a llevarme al aeropuerto al día siguiente! Claro que así nos iba a ir la mañana del sábado... pero eso lo cuento en el siguiente post.