Hace unas semanas leí un artículo firmado por la periodista Carme Chaparro en el que hablaba sobre el peor insulto que podía recibir una mujer.
Chaparro explicaba que, durante un partido de fútbol infantil, fue testigo del lamentable espectáculo que dió un tipo a cuyo hijo de 8 años el árbitro (mujer, para más señas) había pitado un penalty.
Después de proferir todas las lindezas que le vinieron a la cabeza, el buen señor (gordo, viejo, con el pantalón atado a lo Julián Muñoz y 4 pelos en la cabeza) finalizó su intervención con un FEA en toda regla, tras lo cual fue jaleado y aplaudido por gran parte de su audiencia, compuesta por los padres (y madres, que al parecer también aplaudían) del resto de chiquillos.
Yo también le aplaudiría... la cara!
La periodista estaba tan asombrada que decidió comentárselo a un amigo y, entre los dos, montaron un pequeño experimento: utilizarían este adjetivo como un insulto en el primer momento de confrontación que ambos tuviesen con alguien del sexo opuesto.
Y a mí que esta chica no me parece tan fea: me gusta!
Él enseguida tuvo su oportunidad: en una discusión generada tras un pequeño incidente con el coche le espetó fea, más que fea! Que no sé cómo te atreves a salir de casa con esa cara! a una mujer desconocida que reacionó llorando a lágrima viva!!!
Igual de disgustada (sólo que ésta no lloró, que se sepa) se quedó otra chica a la que llamó GORDA cuando Carme Chaparro y él estaban en la cola del cine, esperando a entrar.
El resultado que consiguió Chaparro fue totalmente diferente: en una discusión de tráfico le soltó al hombre que tenía delante (que, por cierto, dicho por ella misma era bastante poco agraciado) el acordado adjetivo. Lo único que consiguió con su y tú... feo! fue que el individuo se desternillase de la risa, le dijese que era una cría y que con insultos como ése lo mínimo que tendría que hacer era volver al patio del colegio.
La moraleja de este historia para Chaparro y su amigo era que las mujeres damos demasiada importancia a la opinión que otros tienen sobre nuestro aspecto físico y por eso un fea o gorda hace que nuestra autoestima se desplome.
No estoy segura de estar muy de acuerdo con esa conclusión. La muestra de este experimento no es muy significativa que digamos: dos mujeres y un solo hombre. Entonces, debemos dar por hecho que todas las mujeres del mundo son unas inseguras respecto de su aspecto y que no hay un sólo hombre en todo el planeta al que una alusión a algo relacionado con su físico le pueda sacar de sus casillas?
Volvemos a lo de siempre: la guerra de los sexos. Qué aburrida estoy de las generalizaciones que provoca. Es verdad que todos, sin excepción, tendemos a generalizar. En nuestras tertulias del café (en el Noho) hemos repetido hasta la saciedad frases como: todos los hombres son iguales o a estos hombres no hay quien les entienda.
Pero de ahí a, directamente, asignar una determinada característica a un género en su totalidad... me parece un poco excesivo.
Puede que el hombre al que esta periodista llamó feo se lo tomase a risa. Sin embargo, con cambiar el adjetivo insultante puede ser suficiente para que mi teoría quede demostrada: en este mismo momento estoy pensando en, al menos, 4 hombres a los que les entraría un ataque de histeria si una desconocida en una pequeña trifulca callejera les regalase un y tú eres un enano y, encima, cabezón!
No creo que las inseguridades vayan tanto con el sexo como con la persona y sus circunstancias particulares. De la misma manera, pese a que creo que en mi empresa existe un machismo (soterrado) no creo que todos mis compañeros hombres sean machistas ni que los hombres, en general, sean unos malnacidos a los que hay que hay que pisotear sin excepción.
Mirad cómo se deja pisar Andrés Velencoso en una de las campañas publicitarias de las que es imagen, ji, ji, ji.
Tampoco me trago lo de que las tías somos todas unas princesitas de cuento de hadas.
Hombres y mujeres somos diferentes, eso está claro. Muchas veces reaccionamos de manera distinta a los mismos estímulos pero pienso que, en el fondo, estamos condenados a entendernos si queremos convivir. Hay que luchar por una igualdad de derechos, de acceso a las mismas oportunidades, de igual retribución por igual trabajo, de reconocimiento social y profesional.
Pero, a veces, leo, escucho y soy testigo de ciertas opiniones y comportamientos con respecto al género masculino que incluso a mí, que soy una feminista de puño alzado, me ofenden. Nos quejamos de haber estado debajo del zapato de una sociedad manejada por hombres durante siglos y ahora somos nosotras las que queremos conseguir la igualdad sometiéndolos a ellos? Será que soy muy corta pero no entiendo este integrismo femenino que, además, nos tacha de blandas a las que pensamos de otra manera.
No quiero ser la media naranja, ni que él se comporte como yo: me gusta que tenga un punto de vista diferente al mío (aunque a veces me provoca arrebatos asesinos, también es verdad) y me interesa saber cómo vive un hombre la misma situación que yo vivo como mujer.
En mi opinión, la guerra de sexos sólo se sustenta en los malentendidos que genera una comunicación deficiente entre dos personas y una especial susceptibilidad (por parte de uno o de ambos) Así es muy difícil entenderse!
Con esta actitud es imposible llegar a un término medio.
Esta entrada rompe un poco el rollo risas de este blog. Hoy estoy guerrillera total: la culpa la tiene el Departamento de Igualdad de Género de mi empresa que hace tiempo que me tiene escupiendo espumarajos venenosos! Pero ése es un tema que da para muchas entradas y en el que ya profundizaremos otro día.
Por cierto, por si alguien se está preguntando sobre mi posible reacción al experimento de Carme Chaparro y su amigo: tendría que estar en la tesitura pero, aunque una vez en casa a lo mejor le lloraría un poquito a la media naranja para conseguir una ración extra de mimos, teniendo en cuenta mi temperamento cerilla
No tengo más que arrimarme allí donde haya una chispa... para encenderme!!!
estoy casi segura de que el pobre infeliz que se atreva a llamarme fea, gorda o, incluso, guapa o esbelta en una discusión de tráfico no volverá a su casa con todos los dientes dentro de la boca, ji, ji, ji.
Qué pensáis vosotros? Hay algún insulto relacionado con vuestro aspecto físico que os haría llorar? O vuestras lágrimas serían de la risa que os provocase semejante comportamiento infantil?
Qué pensáis vosotros? Hay algún insulto relacionado con vuestro aspecto físico que os haría llorar? O vuestras lágrimas serían de la risa que os provocase semejante comportamiento infantil?
PD. El próximo post será más divertido, os lo prometo.
Si algo tiene de genial esta vida es que SOMOS distintos : tios y tias....y ese es el reto diario soportarnos y convivir......jaja Me ha encantado tu entrada mi niña....un tio no lo habría escrito mejor..jaja Un beso de lunes
ResponderEliminarPues vaya si con un para ya pretender sentar cátedra van listos...
ResponderEliminarDepende del estado de animo de la persona a la que se ofenda, independiente del sexo que tenga, es mi opinión, a mi el insulto que me saca de quicio es que me manden a la cocina (aGGGGGHHH) ahí si que soltaria la lengua viperina que tengo y no dejaria títere con cabeza, si me llamasen fea, responderia que la belleza la suple mi inteligencia pedazo de cabrón,ja,ja,ja...
Buen post!
Buena semanita!
Me ha encantado este post. Estuve a puhnto de dedicarle uno al artículo de la Chamorro porque tambien me molestó bastante. Respecto al integrismo feminista, lo odio, aunque me considero feminista, pero es darle la vuelta a la tortilla. Lo llamo HEMBRISMO, en oposición al machismo, que ambos hacen referencia al sexo como algo más animal que otra cosa!
ResponderEliminarY desde luego que me duele mucho más que me digan otras cosas que fea! jajaja Besos!
Pues a mi este post me ha parecido muy divertido y acertado.
ResponderEliminarA mí también me gusta contar con una pareja que vea las cosas desde otro ángulo...
Una amiga mía, muy mona pero que cultiva un look "Annie la huerfanita" me contó que en una discursión de esas de tráfico el tipo del otro coche le gritó:¡Cara antigua!
ResponderEliminarElla me lo comentaba divertida porque es una mujer segura de si misma que da al fisico la importancia que tiene.
A esta no le preguntó la Chaparro.
pues se ve que difiero con las otras comentaristas... pero sí que considero que nosotras tenemos la autoestima más tocada (o soy yo, que puede ser) y a mí sí me afectaría que alguien en una discusión me atacara por mi físico.... y mucho, además
ResponderEliminarasí como sería incapaz de atacar a alguien por ese lado...
el tema del feminismo radical.. yo creo que la MInistra está haciendo mucho daño.. uso el género neutro o el masculino como genérico para ambos sexos.... pues si le digo a mi hija "es para jugar todos los niños" ella me replica "y las niñas, claro".. y yo flipo.. por qué la mica esta de tres años y medio tiene que hacer la distinción???
besos
Pues a mí este post sin ser divertido me ha parecido de lo más interesante.
ResponderEliminarYo particularmente creo que este tipo de insultos afecta a quien tiene la autoestima baja, sea hombre o mujer.
A mí me sentaría mal solo porque la otra persona me está insultado pero no por el significado real del adjetivo. Me da igual que me llamen feo, gilipollas o cabrón.. el hecho es que quien lo hace es un maleducado.
También te digo una cosa, aunque me sentaría mal cualquier insulto he de decir que si me llaman feo, cabezón o enano me partiría de la risa porque a mí tambièn me parecería muy infantil.
Y mira, entre tu y yo, si nos ponemos a insultar nos dejamos de gilipolleces y vamos a saco o si no no decimos nada y punto. Yo opto por lo segundo...
Un beso
UT
Me hubiese gustado a mí ver y escuchar cómo decían feo/a estos periodistas... qué quieres que te diga, pero también dependiendo de cómo te lo digas pueden surtir efecto o no... ¿no?
ResponderEliminarHay gente que cuando insulta (aunque diga una estupidez) se llena la boca al decirlo y entonces duele.. hay otros que es como que insultan pa'dentro... eso no duele... ;)
¡Un besito!
Pues esto es todo un tema, amore, pero en vez de meterme en berenjenales disquisitorios, que ademas tampoco hace falta porque el elemento basico de esto es la autoestima, como apuntan todos....yo voy a hacer de abogado del diablo, y no me refiero necesariamente a defender el lado masculino.
ResponderEliminarLa Mujer (denominacion generica :-P) tiene que estar guapa, estarlo para los demas y estarlo para ella misma. El hombre con que este "presentable", ya vale, que ya se sabe que mientras mas feo, mas hermoso. Esa es una idea instaladisima en la sociedad y faltan eones para que se corrija. Por mucho que el Hombre (d.g.) ahora se preocupe mas por cuidarse, por regla general les (ejem, nos) importa un pimiento, pero, ay amiga, a la mujer.... valga mas o menos, sea hiperinteligente o no tanto, etc...el fisico todavia sigue siendo la baza fundamental. Y la mas vulnerable.
Porque a ver, seme sincera, tu serias capaz de salir a la calle con la cara lavada y recien peinada? Un hombre si, no lo dudes.
¿Que pensarias si una de tus amigas de tertulia se presenta asi?
No vamos todos perpetuando un poco estas ideas? Sobre todo vosotras, aunque luego os pongais en pie de guerra al oir opiniones de ese estilo???
(Ay la que me va a caer....)
Muakkks de que la belleza deberia estar en el interior....pero a ver quien se traga eso, que la teoria siempre es fantabulosa ;-)
Lei el artículo hace unos días, así que sé de qué hablas:))
ResponderEliminarNo creo que todas las mujeres somos inseguras, tampoco todos los hombres tienen el ego por los cielos. Es un topicazo como los hay muchos, pero lo cierto es que las mujeres le damos más importancia al físico. De hecho somos las mujeres que nos miramos por la calle con esa mirada "dearribaabajo", las primeras que al describir a una persona ( y más si es una mujer, empezamos con dar detalles de su cara/cuerpo). también somos nosotras mismas que nos machacamos constantemente ( somos las mujeres que dirigimos las revistas o nos obsesionamos por el físico).
Así que no hay nada sorprendente en ello.
Hay más mujeres que se preguntan: "Soy más guapa que ella?" que las que se plantean: "Soy mas inteligente que ella?"
Por desgracia.
Interesante post, me ha encantado...
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu post, he puesto un enlace en el mío porque hablo de un tema parecido. Espero que no te moleste.
ResponderEliminarhttp://ellavapiesdelaemperatriz.blogspot.com/
Pues a mi me ha encantado esta entrada. Me gusta el tema a pesar de lo archicomentado, y aunque sea "políticamente incorrecto" decir algo así, me temo que el aspecto físico sigue pesando más en la mujer que en el hombre. Desde luego que conozco casos de tíos a los que su aspecto físico les puede provocar esas "lágrimas" de las que tú hablas, y mujeres que se reirían de un insulto así, pero creo que el balance no es equitativo. Aunque sin duda es antetodo una cuestión de la persona que del género, pero aun así...
ResponderEliminar( la que me va a caer a mi también...)
Por cierto, no se me olvida que te debo un comentario largo y tendido sobre "ciertos enfoques" sobre la guerra de sexos.
Eso sí,estoy totalmente de acuerdo en lo que dices de ese integrismo femenino-malentendidofeminista del que tú hablas.
Un beso! Sigue con estos post "polémicos". Me encantan!
Me he reido mucho con los insultos,la verdad, pienso que más que lo que te digan es como te lo digan...y que hay gente que tiene un arte especial para insultar... porque eso de decir "cara antigua"...
ResponderEliminarSi que creo que hay insultos que afectan más a mujeres y otros a hombres, que a un tio le digas feo... como que se parte de la risa, si le llamas maricón, acentuando muy bien la O, pues verás como se rie poco.
si a una tia le dices lesbiana,le da más igual que si le dices fea...
De lo que se puede escribir un libro son de los insultos que hacen los gitanos, que tienen una inteligencia, mala leche y gracia a partes iguales, que te puedes tirar varios días pensando en lo que te han dicho, ya os contaré algún día algunos de los que se escuchan por mi cole...
Pues aunque esté mal decirlo, tengo que reconocer que hace un par de años, volviendo del trabajo, un día de esos en los que estás de todo menos contenta, un señor se me coló con el coche mientras todos estábamos esperando nuestro turno y le insulté de esa manera.
ResponderEliminarLe pité (casi nunca lo hago) y el señor se molestó, bajó la ventanilla y me llamó de todo menos bonita.
Yo en aquel momento me quedé ojiplática, colorada (supongo) porque el sofocón me duró hasta media tarde, y lo único que se me ocurrió decirle fue "Y usted ¿sabe que es? pues feo, muy feo, por si no se lo había dicho nadie antes"
Si te digo la verdad, no sé lo que le pasaría por la cabeza, pero desde luego no parecía que tuviese ganas de reirse.
No lo he vuelto a hacer.
Yo no creo que las mujeres seamos inseguras ni que el hombre le de igual los comentarios sobre su aspecto físico, en mi caso, no tengo un cuerpo 10 al contrario estoy sobrepasada en algunos kilitos los justos para que alguien te pueda llamar gorda, y la verdad es que me da exactamente igual que me lo digan porque se lo que soy y soy feliz así, y si alguien disfruta diciendo gorda para ofender se puede encontrar con una respuesta donde el que se vea ofendido sea él y yo me ria, pero en fin, que lo hay de todo que también hay chicos obsesionados por su físico y que los desplomas si los dices feos o fofos...
ResponderEliminarpasate por mi blog porque tienes un regalito ya que te sigo todos tus post aunque no sea costumbre el postearte
Un besazo
http://elbauldequela.blogspot.com/
A mí me llaman "gordo", que es lo que soy (o al menos lo que creo que soy) y me muero en el acto.
ResponderEliminarLo más interesante de tu post es la parte en la que dices, con toda la razón, que generalizar sobre un sexo es absurdo, más bien estúpido. Hay de todo en todas partes, lo que pasa es que encasillar es fácil y cómodo y todos caemos en la trampa porque facilita las cosas. Y estoy con Theo, todos vamos perpetuando las ideas. Y no me enrollo, que no tengo tiempo de nada y no me da la neurona pero yo, que no te conozco, te veo muy guapa.
Winnie0: no puedo estar más de acuerdo contigo: hombres y mujeres somos diferentes y, menos mal! De todas formas, también las muejres somos diferentes entre nosotras (y los hombres entre ellos) A ver dónde has visto tú dos personas iguales! Lo que me enferma es algo que, últimamente, veo cada vez más a menudo: una corriente de radicales que asignan al género masculino como característica el comportamiento de unos pocos con los que han tenido la desgracia de tropezarse en la vida. Idiotas los hay en todas partes y son tanto hombres como mujeres. Chica, no sé, a todas nos ha gustado un chico que no nos ha hecho ni puñetero caso y nos hemos topado con uno (o varios) imbéciles a los que habría que dar de comer aparte. Pero de ahí a pensar (y manifestar, que es peor aún) que TODOS los hombres son unos animales de bellota a los que hay que tratar a patadas… en fin, de momento no estoy tan resentida. Veremos qué te digo dentro de unos años.
ResponderEliminarBesitos.
Eurice: creo que estamos en la misma onda. No puedo estar más de acuerdo contigo: el estado de ánimo del ofendido es crucial para que se tome las cosas de una u otra manera. El artículo sólo menciona el experimento que llevaron a cabo pero lo que no sabemos es en qué estado de ánimo estaban esas dos mujeres al que el amigo de Chaparro llamó “fea” y “gorda” (más que nada porque la periodista tampoco lo sabía, no?) El que una persona reaccione de una manera tan emotiva a lo que le dice otra, además del fragor de la batalla, puede deberse a otras circunstancias (ajenas al insulto) que desde fuera es imposible determinar. A lo mejor la mujer a la que llamó “gorda” se acababa de pesar en la farmacia y estaba disgustada porque había engordado 3 kilos y el hombre al que Carme Chaparro llamó “feo” estaba feliz de la vida porque le acababan de ascender en el trabajo. Me parecen un poco excesivas las conclusiones que se desprenden de esta muestra tan raquítica.
La verdad es que creo que una vez que me enciendo no presto mucha atención a los adjetivos con los que me insultan; sólo al hecho de que me están insultando. Y para lengua viperina la mía, ji, ji, ji.
Un beso.
Gadirroja: eres la caña! Hembrismo! No se me había ocurrido pero estoy totalmente de acuerdo contigo. Chica, últimamente estoy asilvestrada del todo con el tema del “integrismo” feminista. Hay que seguir en la lucha pero con un poco de sentido común! A veces soy espectadora de unas posturas agresivas que parece que lo único que buscan es la humillación de los hombres (como género) y se me abren las carnes. Se supone que estas tías son las que me representan a mí como mujer y feminista? Entonces, apaga y vámonos. Me comentaba una amiga que se apuntó a unos cursos de literatura escrita por mujeres (los cursos estaban dirigidos a mujeres, también) La pobre mujer estaba alucinando con el ambiente belicoso que se generaba en las charlas y quiso dar su opinión que, claro está, difería bastante de la forma de ver el feminismo que tenían las otras. La pusieron de vuelta y media! Ella es una santa: si llego a ser yo, llegamos a las manos, seguro! Sólo me hace falta que 4 individuas, a las que no conozco de nada, me digan cómo tengo que entender mi relación con mi novio, mi padre o mi jefe: tengo muchos años para aguantar las bobadas de nadie. Y, para mí, lo peor es que este tipo de comportamientos radicales nos hacen un flaco favor a las mujeres como género (ya ves que este tema me tiene al rojo vivo!)
Muak.
Lileth: gracias, guapa.
Es que si todos vamos a ser iguales y vamos a tener el mismo punto de vista y las mismas opiniones, por favor, que me lo vayan diciendo para ir buscando el acantilado por el que me voy a tirar. Asumamos que hombres y mujeres somos diferentes, con nuestros defectos y nuestras virtudes. En lo que tiene que haber igualdad es en derechos.
Un beso.
Uno: es que, sinceramente, a ti te parece que “cara antigua” es un insulto en toda regla? Es como para mandarle al tío a parvulitos, a ver si a la segunda aprende algo.
ResponderEliminarA tu amiga le importó un rábano: lo mismo que a muchas otras ese tipo de descalificaciones se la traen al pairo. Lo que me enferma no es que una pobre chica se pusiese a llorar porque el amigo de Chaparro le dijese que era fea: lo que me pone la sangre a hervir es la generalización.
Puede que esa pobre se desgañitase a llorar aunque le hubiese dicho cualquier otra cosa porque acababa de enterrar a su abuelo y estaba hecha polvo. Qué sabemos nosotros por qué una tontería que cualquier día te tomarías a risa, puede afectarte en un momento concreto? Te pongo un ejemplo: hace unos meses, cuando aún llevaba el pelo teñido de pelirrojo, un compañero del trabajo me dijo, sin venir a cuento, que le parecía que me quedaba horrible (y otras cosas que no vienen al caso) En condiciones normales, le hubiese agarrado del pescuezo y le hubiera aporreado la cabeza contra la pared hasta que retirase semejante ofensa. Sin embargo, cuando llegué a casa me puse a llorar como una magdalena. Simplemente, tenía mal día. Y qué? Chaparro me pondría entre las inseguras por eso, claro.
Ya me gustaría a mí saber cuántos tíos hay por ahí con complejo de bajitos, calvos, bizcos e, incluso, feos. Siguiendo el hilo de las conclusiones del experimento de Carme Chaparro, estos están todos muy seguros de sí mismos, no?
Soy la primera en escribir chorradas en mi blog pero a mí no me pagan por ello.
Besitos.
maba: estoy de acuerdo en que las mujeres seguimos teniendo más presión social con respecto al aspecto (aunque teniendo en cuenta que la insdustria de la moda y la cosmética ha visto en los hombres un nuevo filón, habrá que ver si no nos acaban igualando con esto de la obsesión por la imagen: veremos como estamos en unos años…) pero creo firmemente que el hecho de que a una persona le pueda afectar más un insulto sobre su aspecto físico que a otra no tiene tanto que ver con el género como con la autoestima, la opinión que se tiene sobre uno mismo y el estado de ánimo con el que se recibe esa ofensa.
Esa manera de descalificar es propia de los que no tienen ningún ingenio para pensar en algo más ocurrente o, directamente, de los que quieren hacer daño a toda costa: al final, a nadie le gusta que le señalen sus defectos. Y menos los físicos que, muchas veces, escapan a nuestro control: si eres fea, bajita o miope qué puedes hacer?
Acabas de dar con otro de los temas que me tiene hecha una auténtica fiera: el llamado lenguaje no sexista!!!!! Dios mío, qué acomplejada tendría que estar si me sintiera agredida por la utilización del género masculino como género neutro cuando hablo castellano. Ni te imaginas los gritos huracanados que hemos proferido mis compañeras de despacho y yo con ese tema…
Muak.
Ut: totalmente de acuerdo contigo. Para que algo te afecte tanto como para que se te salten las lágrimas tiene que haber otras razones más significativas que el género al que perteneces: autoestima y el humor del que estás en el momento concreto.
Muchas veces me pasa que hay cosas que un día me hacen gracia y al siguiente me ponen de muy mal humor: sólo ha cambiado mi estado de ánimo.
Creo que cuando me enfado mucho pierdo la capacidad de fijarme en las palabras que mee stán diciendo: sólo me fijo en el tono general y en la sensación de ofensa. En una discusión, llegados a un punto, me da igual que un tío me llame fea a que me llama bonita: si la voluntad es de agredir, estoy segura que mi reacción será la misma.
Seguramente si alguien, para zanjar una discusión, me dijese “y tú… fea!” le daría un beso: sólo por ser tan infantil, ji, ji, ji. Menuda bobada de insulto: si de verdad soy fea, ya lo sé de sobra o es que no me veo todos los días en el espejo?
Entre nosotros, se me ocurren peores insultos que fe@ aunque ya te digo que yo, después de “gilipollas” me tiro directamente a agarrar a quien sea por la pechera, ji, ji, ji. Buen equipo íbamos a hacer tú y yo.
Besitos.
Cristina PS: qué razón tienes. Hija mía, hay personas que se expresan de una manera tan agresiva que aunque te digan un piropo parece que te están insultando. Lo mismo pasa al contrario: conozco a gente que podría estar llamándote idiota que de tan dulces que son te suena hasta bien!
ResponderEliminarMe imagino que lo de “feo” lo dirían con tono de insulto porque si no, qué gracia tiene. Si te voy a llamar “fea” en plan amoroso, como que igual acabamos dándonos besos la una a la otra, no?
Qué pena que no se encontrasen (o, al menos, no es eso lo que pone en el artículo) con una mujer que se tirase al suelo a patalear de la risa: dónde quedarían entonces las conclusiones que parecen desprenderse de este experimento casero?
No sé, la prueba en sí me parece interesante pero para sacar alguna conclusión medio decente opino que habría que hacer lo mismo con una cantidad más amplia de hombres y mujeres: 2 mujeres y 1 hombre para demostrar una teoría me parece una muestra un poco pobre, la verdad…
Un beso.
theodore: tienes razón: la que te va a caer… eso de que la mujer (en genérico) tiene que estar siempre guapa y que el hombre con con que esté “pasable” es suficiente me parece siglo XX total! Es verdad que nosotras aún tenemos una presión social mayor en el tema de la imagen pero los tíos de hoy en día no son como los de hace 40 años. Ya muchos de los de mi generación se preocupaban de tener un buen aspecto: en muchos casos, su éxito con las chicas dependía de eso! Ni te cuento los chavales que me encuentro por la calle hoy en día: cada uno en su estilo (dentro de la tribu urbana a la que pertenezca) pero no te vayas a creer que las pintas que llevan son casuales: lo llevan todo súper estudiado.
Y, más cerca aún, porque yo lo tengo en casa: HalfOrange no se conforma con estar pasable ni mucho menos! Le gusta verse bien: supongo que como a todos.
Para que no te quede ninguna duda: la única persona para la que me maquillo, llevo tacones y me aliso el pelo es para MÍ. Teniendo en cuenta que hace años que nadie me mira más de 5 segundos, si mi baza fundamental fuese la imagen y tuviera que echar mano de ella, estaría acabada!
También hay momentos de mallas, zapatillas, cara lavá y recién peiná pero cuando voy a la oficina o quedo con mis amigas me preparo. Cada una de mis amigas tiene su propio estilo y ya hay quien viene al cafecito de los sábados con la cara lavada y zapato plano: chico, nadie se horroriza.
Creo que los que os perpetuáis en las ideas sóis los tíos que, pobres inocentes, aún creéis que cuando una mujer se toma la molestia de prepararse es para que un hombre la encuentre atractiva. Me parece que eso ya pasó a la historia; por lo menos, en mi caso.
Sí, seguiré montando en cólera ante demagogias baratas como las que esparcen algunas integristas (que se escudan en la igualdad de género) que, desde luego y en mi opinión, nos hacen bastante más daño a las mujeres (como género) que el machismo, que ya es decir.
Muakkks de que aunque lo primero que se ve es el envoltorio, te aseguro que la belleza sí está en el interior (pero de eso ya hablaremos otro día)
INTERsexCIONES: estoy de acuerdo contigo pero sólo a medias. No creo que las miradas de arriba abajo sea monopolio de las mujeres. Yo vivo con un hombre que mira de arriba abajo tanto a los hombres como a las mujeres con los que se cruza en la calle. Mi novio se fija en lo que llevan los otros chicos, cómo van peinados, los zapatos, el reloj… las mismas cosas en las que me fijo yo en otras chicas. Le llama la atención el aspecto de otros hombres y no es nada raro que me diga cosas como: “he visto a un tío en la calle y me ha gustado mucho cómo llevaba la camisa. He pensado que yo también me la voy a poner así” o “un tío del gimnasio llevaba un abrigo súper chulo. Me ayudas a buscar algo así para mí?” Pienso que los tiempos cambian y algunos hombres empiezan a preocuparse por su imagen tanto como las mujeres.
ResponderEliminarEs verdad que las mujeres, en general, somos más despiadadas entre nosotras. Los hombres establecen otro tipo de relaciones entre ellos que, desde mi punto de vista, no suelen ser tan intensas. Sin embargo, la misma lectura puede hacerse al contrario: también nos apoyamos incondicionalmente. Adoro a mis amigas con la misma intensidad que detesto a mis enemigas.
En cuanto a los cánones de belleza, a lo mejor lo que hay que hacer (y me incluyo) es usar la cabeza para pensar (que es eso para lo que sirve, fundamentalmente) y asumir que tanto el Vogue como la industria de la moda son un negocio cuyo único objetivo es vender, cuanto más mejor. No todo lo que se muestra en un editorial de moda ni encima de una pasarela es susceptible de ser tomado en serio, creo yo.
Un beso.
Alejandro EscaparateModa: la verdad es que se aparta un poco de la linea de este blog porque reconozco que, a pesar de que soy más guerrillera que un indio apache, intento evitar la polémica en las entradas. Aunque también es verdad que los blogs son formatos “vivos” que van desarrollándose a lo largo del tiempo: éste no tiene nada que ver ahora con lo que era cuando empecé. Así que a lo mejor tengo que incluir algún post polémico de vez en cuando, ji, ji, ji.
Gracias, guapo.
Besitos.
La emperatriz de Lavapiés: muchas gracias, guapísima. Por supuesto que no me molesta que me cites en tu entrada, estaríamos buenos. Más bien, todo lo contrario: te lo agradezco mucho.
Qué casualidad que hayamos coincidido en el tema, verdad? Enseguida me paso por tu sitio para leerte y comentarte.
Muak.
Lullu: también yo soy consciente de que a las mujeres aún se nos juzga más por la imagen que a los hombres. Sin embargo, creo que esto va cambiando poco a poco. Hace unos años nadie le daba mucha importancia a que un hombre fuese hecho un auténtico desgarramantas. Hoy en día las mujeres valoramos mucho un hombre con una apariencia cuidada pero (y esto es lo novedoso) también los chicos se fijan en ello. No te creas no he oido a más de uno (incluido mi chico) comentar con algún amigo algo como: “tío, te has fijado con qué pintas ha venido fulanito?” De hecho, mi novio se fija muchísimo en la apariencia de otros chicos y la compara con la suya (me tiene frita pero casi prefiero eso que lo contrario…)
Sigo pensando que el que un adjetivo como “fea” te haga llorar tiene más que ver con el estado de ánimo de la persona que con el género. De todos modos, de lo que estoy muy segura es de que con una muestra de 2 mujeres y 1 hombre no se puede sacar una conclusión seria.
Lo del “integrismo femenino” me lleva por el camino de la amargura. Cada vez que oigo una de esas frases lapidarias con las que algunas nos “alegran” el día, siento unos deseos irrefenables de atizarle con un palo en la cabeza!
PD. No te preocupes por el comentario sobre los “enfoques”: seguro que estás muy ocupada para esas bobadas. Ya te lo contaré mejor pero hasta a mí, que estoy caliente con ese tema, me hacía gracia la reacción de una amiga mía con eso mismo. De traca!
Besitos.
JL: lo de “cara antigua” me ha hecho gracia a mí también. A tí te parece que eso es un insulto ni medio normal? Y, además, me intriga mucho saber qué tipo de cara tenía el tío que le dijo eso: sería una “cara moderna”, no?
ResponderEliminarEn mi opinión, lo de los insultos va más con la persona que con el género. Estoy de acuerdo en que es posible que haya adjetivos a los que seamos más sensibles las mujeres (puede que “fea” y “gorda” sean unos de ellos) y hay otros que molestan más a los hombres (“canijo”, “calvo” ¿?)
Lo que más me molesta no es eso que dices sino el que parece que la conclusión del experimento es que las mujeres (en su totalidad) somos unas inseguras con respecto a nuestra imagen y los hombres no. Pero qué bobada es esa? Habrá de todo, como en botica, no?
Si ya lo llevamos al rollo de la identidad sexual… en fin, nos da para escribir un libro. No he visto insulto que más saque de quicio a un tío heterosexual que “maricón”. Y no hace falta ni insultar: sólo con sugerirle a un hetero que te había parecido que era gay, le hundes en la miseria. Me hace gracia pero, aunque lo he intentado, no consigo entenderlo. Un ejemplo: hace como 10 años, salí con mis amigas una noche. A eso de las 12, una de mis amigas y yo salimos del bar en el que estábamos para comprar algo de comer y pensamos que sería mejor sentarnos en un banco y charlar mientras nos comíamos nuestro sandwich. Al rato aparecieron unos chavales de unos 12 años que nos dijeron: “hasta luego, lesbis!”. Tendrías que ver las risas que nos echamos intentando discurrir de dónde habrían sacado que éramos lesbianas, ji, ji, ji. Esto mismo pasa con dos tíos y acaban a tortazo limpio!
Antes vivía cerca de los gitanos y la verdad es que son de traca: yo creo que se inventan hasta palabras especiales para insultar!!!
Un besito.
tuestilistaonline: no te avergüences, hija. Todo lo contrario: mándale tu experiencia a Carme Chaparro para que la incluya en su experimento. Al menos, con el tuyo, ya tiene una muestra de 2 hombres que, aunque raquítica, seguro que le da para pensar que no está tan fina como creía con las conclusiones…
No dices exactamente que adjetivos te regaló él a ti aunque ya me imagino de qué pelo serían: la verdad es que, por mi experiencia, algunos hombres no tienen mucha imaginación para insultar (al menos no cuando van al volante)
De todos modos, tengo que decir que la que se siente mal ahora soy yo… me encantaría ser tan fina como tú y que me saliese un “feo, más que feo” cada vez que algún jeta se me cuela con el coche pero yo sólo sé insultar en “gran calibre” y no reproduzco lo que me sale por la boca porque mi madre lee este blog (hola, mami!)
No lo has vuelto a hacer? Fíjate que yo, después de leer el artículo de Chaparro, estoy considerando seriamente reprogramarme para decir insultos “light” a los hombres que me molesten, tales como feo, cuatro-pelos, orejas-de-soplillo, ojo-trueno… no sé, como el género masculino en su totalidad está tan seguro de su apariencia física estoy segura de que todo los tíos a los que insulte se lo tomarán a risa, no?
Por cierto, ese tipo de sofocones también me duran horas!!!
Muak.
Quela: pienso exactamente igual que tú. El poder de este tipo de insultos está en la autoestima de la persona y su estado de ánimo no en el defecto o característica que se trata de remarcar para ofender. Si a mí, cuando tengo las gafas puestas, alguien me llama “cuatro-ojos”, dependiendo del día que tenga me entra hasta la risa! De todos modos, creo que es una manera muy barriobajera de insultar (aunque reconozco que es una manera fácil de hacer daño)
ResponderEliminarNo depende tanto de ser hombre o mujer: el rollo está más en encontrar el punto flaco en el que tocar. A una persona que tiene complejo por ser de una estatura más baja que la media le dices “enano” y ya le has matado al pobre. Al contrario, le dices eso mismo a una persona bajita que tiene asumido que mide menos que los demás pero está feliz de la vida, y se queda tan fresca.
Gracias por acordarte de mí: enseguida me paso por tu blog para ver mi regalo! Muchas gracias.
Un besito.
Squirrel: creo que HalfOrange y tú tenéis que ir al mismo especialiasta. Supongo que tiene que ver con la córnea o, y esto ya es más grave, con el cerebro porque no me explico cómo es posible que las personas delgadas como vosotros dos se vean gordas (y no lo niegues! He visto alguna foto tuya en Thefirst!!!)
Si alguien te llama “gordo”: 1) Riéte a carcajadas y 2) Llámame a mí que verás qué rápido le ajusto las cuentas a ese insensato!
No sé si es lo más interesante de este post pero desde luego es lo que a mí me pone la sangre a hervir: asignar una característica particular de un individuo concreto a todo un género me abre las carnes!!! Y lo mismo me da que sea al masculino que al femenino aunque reconozco que esta nueva corriente de “integrismo femenino” me tiene en continua ebullición. Ultimamente leo, escucho y veo determinadas consignas que me enfurecen tanto que muchas veces tengo que reprimir la tentación de soltarle a más de una un par de guantazos bien dados.
Quejarse por todo y decir insensateces está muy bien si quieres que te tomen por una insustancial que quiere ir de Don Quijote por la vida: es más práctico y menos agotador ser un poco más pragmática.
Ánimo! Verás como pronto te adaptas a tu nueva vida y te tenemos más presente en la blogosfera.
Muchos besitos, corazón.